A la vecina neurótica, a la cordillera de pájaros cautivos, corazón de plaza pública, corazón de tarifa, corazón. A ti manifiesto mi gastada suela, mi sed violeta, mi fatiga inválida, mi conferencia a risotadas, a ti; porque compras lo negro de mis ojos, porque susurras a mi oído tus oficios, porque declaras la derrota de tu espalda, porque me confundes en tu camino de perfección. A ti me dirigo por que no hay más nadie, porque lo revolucionario se me ha empolvado en el camino, porque tus mejores deseos me llegan en ataúd, porque te quedas callada, porque me apagas con luminosidad, por que mis tres colores han quedado en blanco, porque no hay manera de borrar tu niebla seca, porque ya es muy tarde para detener el río; los vicios modernos tienen que ver con tu miseria melancólica, con tus relojes de pulso, con tus estrellas de cine, con mi asfixia provocada.
Libro ganador del XVII Concurso Estatal de Literatura Juan B. Tijerina en el género de Poesía.