Acercarse a la obra plástica de Rosales Lugo es una experiencia vital, no sólo en el sentido trascendente de las ideas, sino en el más hedonista del gusto por vivir, por disfrutar la existencia, por descubrir la sensibilidad de la piel. Su obra está poblada de gatos, de máscaras, de mujeres y viento, de unicornios y de urracas.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2001. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.