Hay autores póstumos, escritores cuyas obras sólo revelan su radical significado décadas después de haber sido publicadas. Éste es el caso de Iván Illich, pensador de extraña originalidad, polifacético e inclasificable, que apenas ahora -en medio de la catástrofe ecológica y el delirio tecnológico- alcanza su verdadero momento de legibilidad. En las páginas de Illich el lector contemporáneo encontrará no sólo una de las críticas más potentes dirigidas contra ese conjunto de prácticas, supuestos e instituiciones que llamamos "modernidad", sino algo aún más urgente: la promesa de una sociedad más habitable.
A partir de las ideas de Illich, este libro señala que, rebasado cierto umbral de crecimiento, la técnica genera lo opuesto de lo que pretende: las escuelas idiotizan, la medicina enferma y los automóviles devoran el tiempo y paralizan a la gente. La modernidad, en su configuración industrial, pone el mundo de cabeza: convierte a las personas en esclavas de sus instrumentos. Es hora de que la tecnología vuelva a ocupar su función de medio para un fin específico: el florecimiento de la autonomía entre iguales.
"Como Iván Illich sólo hay uno o dos cada siglo"
Alain Touraine
"Iván Illich, el más profundo y coherente entre los críticos de la modernidad"
Giorgio Agamben