Vagabundo de la oscuridad primer antología de Arturo Accio -incluye textos inéditos- lleva en sus letras la observación cruda y descarnada (que no es lo mismo que objetiva) del mundo que lo padece.
Desde su cómodo sillón, mira a la vida del hombre pequeño, a la muerte implacable, la destrucción de los seres y sus pasiones.
Es torturador de ángeles (oficio envidiable) y torturado por todos. La vida y la muerte, de lo pequeño y lo más pequeño, forman un continuo donde nada sale bien, ni es importante, pero cada detalle será dicho.
Duro con todos, peor consigo mismo, da un consejo valioso...
Cuando llegue el Apocalipsis de los tristes, la descreación de lo que crezó existir, lo mejor es revolverse en la cama y seguir durmiendo...
Héctor Viveros