Durante la celebración de la quema de Judas debes esconder muy bien tu postre favorito, pues no es difícil que después de haber encendido los cohetes de estos muñecos de cartón, aparezca un diablillo dispuesto a robártelo, justo como le sucedió al protagonista de esta historia.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2007. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.