Dividido en dieciséis cantos que mantienen unidad en su tono y en su intensidad lírica, Música para mortales se alimenta de la necesidad de indagar razones del espíritu. Recurre para ello a un amplio bagaje de lecturas, referencia constantes a la mitología griega, a poetas cercanos a las lecturas de su generación como José Carlos Becerra y Raúl Garduño; asimismo toma con todo derecho uno de los poéticos títulos de la narrativa de José Revueltas para encabezar el canto VI "Dormir en tierra" o se refiere a un poema en Zaidún entre ruinas de plácidos jardines. Con todo esto, su experiencia personal y su imaginario poético, arma una intensa travesía en el tiempo, la historia y la literatura, por diversas culturas que armoniosamente conviven en este poema catártico del desamor.
Elva Macías