A pie, transitando en descampado, recorriendo centímetro a centímetro los páramos de la incertidumbre, Daniel Fragoso enfoca y desenfoca el lente de sus versos para trazar un territorio siempre a punto de desaparecer: la existencia del hombre. El destierro, el viaje, el orden movedizo de las evidencias cotidianas, el tedio que aniquila, el potencial enmudecimiento del lenguaje.
Todo parece conspirar para volvernos ese amargo animal que somos, el sujeto errante que no encuentra dónde reposar su cabeza. Es entonces cuando surge el canto, la elegía, la diatriba en sordina, la lamentación; estos breves poemas que hablan de carencias y tropiezos, retrato y huella de nuestra precaria condición humana.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2011. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.