La isla de los perros es el relato de las consecuencias a través de cuatro siglos del anatema proferido contra los violadores del Templo Mayor y de sus secretos. El lugar don de esta el Gran Teocalli posteriormente fue casa de los De Ávila y mas tarde la Isla de los Perros.
Alonso de Ávila capitán español de las huestes de Hernán Cortes recibe como recompensa a su valentía el terreno llamado Isla de los Perros magnifico solar que sirviera de asiento al Templo Mayor consagrado por los aztecas a Tlaloc y Huitzilopochtli. Sitio que en la época de lluvias e inundaciones es la única parte libre de agua.
La maldición de HuitzilopochtIi comienza a cumplirse. Recae sobre quienes violan los secretos del Templo Mayor lugar sagrado de la clave mágica del espacio rescatado lugar sagrado de una teogonía.
Los intrusos tienen prohibido el acceso al Templo Mayor pues ahí se encuentra el santuario de HuitzilopochtIi, es el Gran Teocalli donde descansa cruel pavoroso el Dios y Señor de la guerra... de la muerte.
El reciente descubrimiento del Templo Mayor cumple con los anatemas. Los acontecimientos actuales son el signo del tiempo de los dioses del tiempo histórico que se manifiesta en los prodigios del recuerdo. ¿Existe aun tal maldición?
El pensamiento mágico de los antiguos mexicanos encuentra un resquicio para expresión en este interesante relato