Un grillo da la hora exacta es un libro escrito como niño, no sólo para niños. Aspira a despertar la curiosidad y la capacidad de asombro de los mayores. Los poemas invitan a jugar, a perder lo serio.
Este libro es una búsqueda por resolver algunos de los misterios que de niño inquietan: ¿Qué hay en la noche?, ¿qué es la luna que cambia tan frecuente?
Las preguntas de los niños tienen mucha más lógica de lo que los adultos suponen algunas veces. El acto de preguntar es también el de explorar, el de salir a buscar la raíz de los enigmas. Inventar, o crear sus personales mitologías no es sólo privilegio de los antiguos rapsodas, es también la naturaleza misma del juego y la imaginación.
Sería hasta que, de adulto, busqué de nuevo la respuesta a estas cuestiones, y con toda la seriedad de un niño, salí a buscar en el jardín de la noche las respuestas…
Escribo como una manera de jugar entre la realidad y la belleza de las cosas pequeñas; entonces, mi corazón simplemente sonríe.