En todos los relatos de Las manos del tahúr palpita en un problema humano que, visto con una mirada oscilante entre lo trágico y lo caricaturesco, expone a los personajes como cartas sobre una mesa después de la partida, como naipes arrojados a la vida por la ebria mano de un tahúr.
La sutil falacia del altruismo, el amago del desempleo, el rencor ante el poder corrupto, el desdén homofóbico, la falta de oportunidades y otros temas fluyen por debajo se cada historia y ratifican que la bella de la prosa literaria y la aerodinámica estructura del cuento no están reñidas con el buceo en el corazón del ser humano.
Premiados por un jurado presidido por Élmer Mendoza, los diez cuentos que conforman Las manos del tahúr abordan dilemas que son cotidianos y al mismo tiempo perturbadores: un padre primerizo intenta salvar la vida de un bebé que no es suyo, un burócrata en aprietos se debate entre el despido y el deshonor, un hombre maduro acude a giros negros en busca de diversión y se encuentra con su pasado, un empleado de motel intenta torcer la realidad al escribirla… con la habilidad de un jugador experto que lleva la mano sin que sus adversarios lo noten, Jaime Muñoz Vargas narra con soltura y precisión historias que fluyen hacia finales sorpresivos en los que nada sobra. Así, al final de la partida vemos que ha puesto en la mesa un libro contundente, de altísima factura.