Estos relatos nos hablan de vidas frustradas, de venganzas fortuitas y planeadas, nos cuentan de sicarios reformados que venden tacos de guisado y de policías de moralidad y ética maleables. Las calles y los subterráneos del barrio chino son el espacio perfecto para estos personajes patibularios que planean sus atracos durante el día y los llevan a cabo durante la noche. Ahí, policías y criminales entrecruzan sus caminos y se confunden en una danza de colusión e impunidad.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2016. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.