Coralito es una pequeña isla del Océano Pacífico, que en el siglo diecinueve fue una colonia carcelaria. Se halla a la misma latitud de la frontera Estados Unidos - México y equidista de San Diego y Tijuana. Tiene tres mil habitantes y su única actividad económica es el turismo. Y también, muy discretamente, las casas de juego y sexo. A falta de ganadería, agricultura e industria, tenemos sol, playa y mar, dicen sus pobladores. Y todo tipo de diversión, de noche y a puertas cerradas, agregan por lo bajo, con un guiño cómplice.
Su fuerza policial se compone de una mujer y cinco hombres, mal preparados y con personalidades dignas del psicoanálisis. Su jefe, el comisario Honesto Mac Thief, es un borrachín que está a punto de jubilarse y disfrutar algunos ahorros no muy limpiamente ganados. Pero de pronto la tranquilidad se altera y se desencadena una espiral de crímenes nunca vista en la isla.
Un relato de intriga, mentiras y corrupción en el que participan hombre de negocio locales, millonarios con un pasado turbio, traficantes de droga, agentes federales mexicanos, policías de Estados Unidos, y un turista extranjero que sólo buscaba un poco de tranquilidad.