De fuerte, maliciosa, cuidada, feroz, provocativa, tierna, virtuosa, sorpresiva, he calificado la prosa de Dante Medina. El culto jurado del Premio de Novela Breve “Rosario Castellanos” 2014, ha agregado otros adjetivos, que yo suscribo y clasifico como elogios: “Sus diálogos son deslumbrantes, además de astutos”, es una obra que se distingue “por ofrecer una propuesta fresca, distinta, ágil y lúdica”, y remata con: “Se trata de una historia de amor inteligente”. Estoy completamente de acuerdo con esos calificativos, aunque creo que a esa lista yo agregaría sin dudarlo uno, fundamental: cínico.
Cuando yo leo los escritos de Dante Medina, me queda un sabor a cinismo en la boca. La palabra cínico, es la que yo más usaría tratándose de la literatura y la persona de Dante Medina. Y, aunque segura de mi convicción, esta vez quise comprobar que su cinismo era absoluto, y lo comprobé: terminada la lectura de Amor, cuídame de ti, le dije en el Skype, levantando las pestañas del manuscrito, cuando lo tenía más distraído mirando en su pantalla mis hermosos ojos negros de andaluza: "Eres un cínico", y la respuesta ni siquiera la pensó: "Claro que sí, Dolores, ¿no lo habías notado?", y no sé por qué 'oí' hablar a la Susana San Juan de Pedro Páramo: "-¿Estas loca?, -Claro que sí, Bartolomé. ¿No lo sabías?", me afirmo preguntándome.
Amor, cuídame de ti es una de las novelas más desgarradoramente humanas que yo conozca: abre surco en la carne de la pareja, cava en la llaga de los celos, destruye desde el amor, y sazona con delicioso masoquismo el siempre inesperado abismo de compartir con alguien corazón y casa.
Cuando Dante me puso el interrogatorio de su media sonrisa en mi cara, le di mi veredicto: “Es una terrible y dolorosa novela sobre los celos”. Adoptó un no-sé-qué de biografía en su expresión y recibí este zarpazo: “Es una novela sobre lo terrible y doloroso de los celos”. Silencio. “Más allá, no hay nada”, dijimos uno de los dos.
Dolores Álvarez
Sevilla, 2014