Con gran estilo literario y una narrativa muy depurada, el libro se enfoca en la descripción de las tensiones emocionales y políticas del momento en que Maximiliano de Habsburgo se convierte en emperador de México. La historia se ubica en los tiempos y en las habitaciones palaciegas de Maximiliano cuando adopta al nieto de Agustín de Iturbide, que fuera, algunos años atrás, autoproclamado primer emperador de México, con la intención de educarlo para que lo suceda en el trono. Con especial atención al detalle, Mayo utiliza la narrativa para crear un espacio preciso: sin la necesidad de extenderse, confiere a sus descripciones elementos significativos que forman un trabajo de observación dedicado. La mirada histórica que establece es consiente y dedicado. La mirada histórica que establece es consiente y decidida, sin manipular los acontecimientos en pos de su narración, sometiéndose a los datos para trabajar fielmente con ellos.