El mundo y el pensamiento giran juntos. En este viaje circular, escribí El trilobite. He recolectado a lo largo de mi existencia imágenes de frailes, científicos, comunistas, pavos de navidad, agentes de la CIA, fósiles, escritores, farsantes y chupacabras; estos recuerdos son el alimento de las páginas que conforman el presente libro. Acompañados de eternas contradicciones, los personajes transitan sin descanso de un lugar a otro, de una emoción a otra. Me convierto en el medio del que la narrativa se vale para plasmar lo que ya existe; digamos que un libro de cuentos se podría escribir solo, por sí mismo. Cada ficción es la transformación de una realidad que guía mi pluma para ser testigo, juez y parte, en este universo de letras y papel. Un trilobite se ha fugado de sus estratos geológicos y ha cobrado nueva vida. Si pones atención, por la noche escucharás sus pasos: clac, clac, clac…
José Luis Fernández Sepúlveda