Quien desecha de antemano la naturaleza como absolutamente carente de espíritu, se despoja por esto mismo de la materia, en y desde la cual podría desarrollar lo espiritual. La fuerza del águila cuando vuela no se demuestra por el hecho de que no sienta ninguna atracción hacia abajo, si no por superar su atracción, y se sirve de ella como medio para elevarse.
El árbol que hunde profundamente sus raíces en la tierra puede todavía esperar que su copa florida se alce hasta el cielo; pero las ideas que se separan desde el principio de la naturaleza se parecen a las plantas sin raíces, o la sumo a esos delicados filamentos que planean en aire cuando finaliza el verano, incapaces igualmente de alcanzar el cielo y de tocar la tierra por su propio peso.