"A cada capillita se le llega su fiestecita" reza el viejo refrán, y el cual anuncia que El refranero mexicano está ya listo para que usted disfrute y reflexione con estos dichos, estas sentencias, estos juegos de palabras, rpovenientes de la gran astucia del pueblo, el cual les da forma y sentido para que de modo chusco y gracioso todos los comprendamos y los divulguemos.
¿O a poco usted no ha dicho un muy acertado, o mejor, no le ha endilgado alguno donde haya quedado "mal parado"? Pues sí, los mexicanos somos finos para eso, y sino "échese a la uña" los siguientes: "No hay bonita sin pero ni fea sin gracias", "El que no sabe es como el que no ve", "Ya'starás jabón de olor ni que perfumarás tanto", "¿No que no tronabas, pistolita?" "No es lo mismo la muela del juicio que el juicio te amuela", "Más vale atole con risas que chocolate con lagrimas"... Y como concluirían de este libro: "En tus apuros y afanes recurre a los refranes".
