En Energía potencial, David Martínez aplica su contrario, la impotencia, para conformar un libro cuya fuerza es la que deviene del deseo imposibilitado por la nada, el intento de lo que podría ser. Estos cuentos bartlebianos se escriben desde una tradición reciente, de Parménides García Saldaña a Samantha Schweblin, pasando por la tradición cuentística norteamericana de la segunda mitad del siglo xx y la de autores mexicanos como Guillermo Fadanelli.
Académicos frustrados, contadoras con “gemelas” prostitutas, oficinistas esquizofrénicos, santa claus homosexuales, universitarios psicópatas, abuelos pedófilos, entre otros personajes, se desenvuelven en una colección de cuentos que muestra la verdadera capacidad humana para complicar incluso las situaciones ?aparentemente? más sencillas.