Un día Celeste paseaba por el barrio con su papá y se encontraron con una dinosauria. Al papá le dio miedo, pero a Celeste se le ocurrió que podía ser una buena compañía. Y entonces, la invitaron a vivir en el jardín de su casa.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2007. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.