Es sencillo explicar cómo surge este libro: la poesía alberga alguna clase de energía poderosa que imante su alrededor. De ese centro capaz de multiplicarse por sí mismo, una y otra vez, hasta generar vida que sale de la vida, van surgiendo percepciones de lo distinto, centenares de voces de los distinto en torno a dos palabras imantadas: mujer rota. Y cuando estamos ahí, en ese punto exacto, la palabra recibe la herida, la flagelación: sus sinónimos son vejez o violencia, enfermedad o muerte, vida en estado puro y sus abismos.
Ma. Ángeles Pérez López
El tema del dolor nos pareció reunir posibilidades muy fuertes para agrupar casi toda la experiencia humana, que en su forma genérica incluía además a la maternidad, los ciclos hormonales, los traspasos salvajes de lugar, familia, memorias, los desplazamientos que a veces provocan en el propio cuerpo de la mujer en las enfermedades como el cáncer. Pero si extirpar a la mujer es una de las posibilidades de la derrota, también lo es la pérdida de los hijos y de libertades, la pérdida del amor individual y colectivo en las sociedades sacudidas por revueltas políticas o invalidadas por intervalos de violencia social irrefrenables.
Gladys Ilasregui
Queríamos hacer un libro de poesía y el libro nos completó una parta que faltaba. Faltaba sabernos tantas y tantos caminando hacia donde mismo. Y sigue faltando... por eso esto es solamente un inicio. La poesía no claudica, ni tiene jefe, ni partido, ni dueño. Exactamente igual que las mujeres que hemos llegado a ser. Ahora.
Patricia Medina
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2008. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.
