Marco Tulio Cicerón, el abogado romano que derrotó a otros más experimentados, a gobernadores, incluso a políticos de alcurnia en contiendas para ocupar la primera magistratura de la República, es el pensador imprescindible en las escuelas de altos estudios.
Su obra retórica constituye material valiosísimo para quienes aspiran a ser oradores en cualquier grado de habilidad. Sus numerosos discursos son ejemplo de composición oratoria y argumentación. Sus cartas forman parte de la historia romana. Sus tratados filosóficos son fuente de reflexión imperecedera, y, en general, los escritos ciceronianos han sido material didáctico para aquellos que alguna vez estudiaron latín.
Y de todo eso, las Filípicas son el modelo perfecto. Con ellas se mejora la argumentación en la oratoria,por ellas se conocen acontecimientos históricos de especial importancia, en ellas se estudia gramática. En fin, nos dan recreo.