En la tradición de las grandes historias que nos han acercado al Medio Oriente, A donde tú vayas, iré es un prodigioso relato que se nutre de la cosmovisión bíblica y que fascinará a los lectores de novelas como El callejón de los milagros, de Naguib Mahfuz, El niño de arena, de Tahar Ben Jelloun, El librero de Kabul, de Åsne Seierstad, o Cometas en el cielo, de Khaled Hosseini.
Siria, 1912. Latife, una hermosa niña de ocho años, vive con sus padres en la bella ciudad de Damasco. A pesar de pertenecer a la -aún- opulenta comunidad judía, su familia se ve condenada a la miseria y al ostracismo debido a que su madre jamás pudo concebir un hijo varón. Tras la repentina muerte de su madre y el abandono de su padre, la suerte le depara ser acogida en la casa de un rico benefactor, donde encuentra la tranquilidad y, tras convertirse en mujer, también el amor.
La guerra, producto del desmoronamiento del Imperio Otomano, pone fin a la libertad y a la paz de los sirios, arrasando a su paso con la mítica ciudad de Damasco. La última oportunidad de Latife para reencontrar la felicidad depende de un gran viaje a un destino muy lejano: México será la Tierra Prometida no sólo para Latife y su familia, sino para varios habitantes del Sham, quienes tendrán que reajustar su vida a nuevas y extrañas tradiciones, a pesar del dolor y la incertidumbre que esto conlleva.