Asbel Hernández pertenece al linaje de escritoras que escudriñan sin pudor el alma, esos sombríos y reducidos rincones donde somos realmente humanos porque hasta allá no llega la censura de lo social. Territorios constreñidos por la culpa y el misterio. Asbel está estrechamente vinculada con esa mujeres que arman libros con palabras impúdicas y sinceras, cuya honestidad desgarra porque nos obliga mirar ahí, donde pocos se atreven sin el pasaporte de la Literatura, con mayúscula. Narradores de la talla de Alice Munro, Patricia Highsmith, de la mexicana Amparo Dávila.
Al cerrar Otra vez el crepúsculo... el mundo se ha vuelto mas entendible, en su más oscura dimensión.
MARÍA ESTHER NUÑÉZ
Al tratarse de un libro de cuentos que abarca los temas de la pasión, del sinsentido, de la equivocación, es inevitable evocar el famoso libro de Horacio Quiroga "Cuentos de amor, de locura y de muerte", influencia obligada en cualquier cuentista de cierto calado. Quiroga trata temas similares y Hernández no le va a la saga: el amor como una nostalgia y rara vez como una meta alcanzada, con frecuencia como un recuerdo melancólico, la locura de una madre que convive con toda clase de alimañas hasta que es devorada por las ratas; la muerte, como una presencia frecuente en varios de los relatos.
Otra vez el crepúsculo... es un libro que no hace concesiones: brutal cuando es necesario pero también poético y lleno de nostalgia a ratos, escrito con prosa clara de alguien que, como sólo los grandes escritores logran, no se cree el cuento de la bondad humana natural a la que echa a perder la vida; más bien, la vida es cruel y el ser humano su instrumento que mucho contribuye a ello desde los años iniciales de su existencia.
RODRIGO GARNICA
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2015. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.