Caminar comenzó como una conferencia, leída por primera vez en 1852, y fue uno de los discursos más repetidos por Thoreau a lo largo de una década. Thoreau utilizaba sus instancias de oratoria para probar ideas y pulirlas; así Caminar evolucionó en un ensayo que se publicó en la revista bostoniana The Atlantic Monthly en junio de 1862, un mes después de la muerte del autor. Aunque tardío, este texto se convirtió, para Thoreau y para su público, en una introducción al resto de su obra; incluso, pensaríamos, como un brote medular de su pensamiento donde elogia al caminar y al acercamiento que esto proporciona con la naturaleza y sus ritmos.
Henry David Thoreau (Concord, Massachusetts, 1817-1862) fue ensayista, poeta, conferenciante, además de agrimensor, fabricante de lápices y naturalista. Un apasionado de la naturaleza, a lo largo de su vida le dedicó largas horas diarias a observar y reflexionar acerca de la flora y fauna de su región. Dispuesto a alejarse de la sociedad y sumergirse en la naturaleza, construyó una cabaña y vivió solo durante dos años. Su obra Walden, publicada en 1854, relata su vida en los bosques de Concord. Civil Disobedience, un ensayo también destilado de su experiencia, surgió en 1849 a partir de una noche que Thoreau pasó en la cárcel en protesta de una guerra injusta y a la esclavitud. En su búsqueda por enaltecer la vida y sus valores, el pensamiento de Thoreau ha permeado no sólo el ideario estadounidense, sino también el de algunos opositores pacíficos como Lev Tolstói y Mahatma Gandhi.
«Sus admiradores consideran que Caminar es una de las mejores declaraciones breves de la filosofía de Thoreau».
Mark Stabb