Como poeta que crece junto al mar, José Luis Rivas oye la música desde la orilla, agua que es entrada y es salida, agua que acerca y se lleva los navíos, arena que ve nacer la lengua. Nacido en Veracruz, Rivas ha visto los cambios que ha vivido México en su flora, su fauna, las manchas de petróleo en el Golfo. Ha sabido oír la música del oleaje contra las rocas, ha visto a los marineros echar las redes y, como Derek Walcott –a quien ha traducido con maestría–, sabe valerse del habla popular y mezclarla con los mitos del Olimpo. Cada palabra suya, tamizada por el español que entró por ese mar hace más de quinientos años, la jerga de los marineros llegados de África, el náhuatl, y el paso del maya que llega a las costas de Yucatán, hace de su poesía un conjunto rico en polifonías y matices, polivalente, audaz, sólido.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2014. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.