Mientras en el centro y el norte la nación se debatía en lucha contra los invasores extranjeros, en el sureste la llamada guerra de Castas separaba, a sangre y fuego, a yucatecos y mayas. Generaciones de jóvenes crecieron durante esos años implacables y Pablo Ek, muchacho maya de doce años, fue uno de ellos. Dos acontecimientos marcaron el tránsito de Pablo de la infancia a la adolescencia: el incendio de su aldea natal por los soldados yucatecos y su iniciación como combatiente en el ataque a Bacalar. Pese al dolor y el miedo, su mundo se iluminó con los dones de la selva, la herencia de los antiguos, la protección de los espíritus benéficos, la fe de su comunidad en la Cruz Parlante. La historia de Pablo, como la de tantos otros muchachos, tendría, así, la textura de la vida y de la muerte.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 1992. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.