Abrumada por una enfermedad inmunológica, presa de la incomprensión, tras un largo caminar para lograr un diagnóstico, recibí la noticia de que mi hijo tenía autismo, trastorno discapacitante, permanente y de difícil control. Busqué, entonces, terapias para mitigar su mal, y caí en una gran depresión. Luego conocí a un hombre, La Estrella, que me cambió el panorama, me despertó del letargo e iluminó mi camino. El arte nos transforma, libera y rescata.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2015. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.