Este poemario retoma a personajes mitológicos, desde la antigua Grecia hasta nuestros días, para contemplar sus pasiones; a través de las diferentes épocas históricas, el poeta revive a Odiseo y Penélope, Aquiles y Briseida, Orfeo y Eurídice en la profundidad de sus idilios con sensaciones, nostalgia y tristeza; ante la amada siempre presente en el recuerdo vivo, y aun ante la dolorosa ausencia. En verso libre o prosa poética Del amor de los amantes se extiende en el tiempo y en la imaginación, a veces febril, de los héroes como amantes, del escriba que registra la estela dibujada por Eros a través del tiempo y el espacio, conciente de sus atribuciones y sin poder abstenerse de protestar ante los dioses por el trágico destino humano que sólo tiene como inmortal al amor, no así al ser amado; por tanto, aun el héroe es víctima de la soledad y el dolor en la desgracia de recordar los tiempos felices.