Nada es el Tiempo, Canción de Cuna y Promesa de Mar, poemas que transitan el duelo por la muerte del padre, el enfrentamiento con la finitud del ser amado. El segundo universo poético se intitula Delirio de Dios, presentado en tres estancias:
Caer al Cielo, Conjugar el Alba y Gota de Agua, poemas del origen, ruptura y unión con lo divino, en la búsqueda del pleno sentido del ser y del cómo ser. Los poemas de este libro dan voz a un alma, que en la atmósfera terrena navega el mar de la lucidez, a deriva.
La autora convoca al lector a explorar su propia dimensión poética cuando en el prólogo nos dice:
“Debo advertir que la poesía no está en los libros.
El libro es el silencio de la poesía”.