Dolores Bravo Galeana es una joven hermosa, inteligente y culta. Es el alma de su pueblo. Costeña y serrana a la vez, la singular mujer de arena y sal sabe hacer de su existencia una aromática, estimulante e inspiradora taza de café. Amar y dejarse amar pareciera ser su lema supremo. A los 17 años, la descendiente de prósperos y aboriosos hacendados queda huérfana de padre y madre y debe hacerse cargo del negocio familiar. Son 300 hectáreas de Arábica, Bourbón y Caturra en plena producción. Pero más allá de las verdes laderas, donde anida el cafetal y la esperanza, se encuentran los densos bosques de niebla, a los que hay que defender de sus infames predadores y a cuya sombra florecen, cual siniestras amapolas, criminales perversos. Sus nombres son conocidos por todos, mas nadie sabe…
Todos en el lugar le viven agradecidos y muchos guardan con ella, y sólo con ella, un secreto que tarde o temprano deberá ser desvelado.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2015. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.