Enciclopedia de la Literatura en México

Un pueblo sin circos

Los cuentos de este autor recrean anécdotas de su infancia transcurrida en los pueblos atrapados por los desiertos de la península de Baja California, mezcladas con la ficción de historias que contaban los viajeros que atravesaban La Toba, de los circos que llegaban para romper con el letargo de los veranos ardientes, y las correrías de unos chiquillos que veían asombrados cómo iban creciendo mientras el pueblo era azotado por ciclones recurrentes y al cotidiano asedio del mar por todas partes.

* Esta contraportada corresponde a la edición de 2006. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.


La vida es un circo desde la perspectiva presente en su etimología: en buen latín, dicha palabra engloba la circularidad de la existencia, el eterno retorno al carnaval y la fiesta como táctica para soportar el desierto de la vida. Aquí Ariel Noriega emprende un recorrido por un pueblo y una región singular, donde el ruedo de la cotidianidad es un espectáculo infinito. 



Aunque infancia es destino, según Freud; por estas fechas pocos autores convierten su espacio vital, ese donde nacieron o crecieron, en tema absoluto de sus textos. A este reducido grupo pertenece Ariel Noriega y afortunadamente lo privilegia. Un pueblo sin circos es la respiración, el perfil y la proyección de un lugar en el universo llamado La Toba. Un sito que controló la polvareda del desierto de Baja California Sur y dejó que los años cayeran como lluvia, refrescándolo. Ariel registra en este libro varias historias y las eleva a la categoría de únicas, condición del texto breve para que sea una pieza memorable. Tal es el tratamiento literario que convierte a este pueblo en personaje de un pasado especial, atrevidamente divertido. 

¿Por qué hace esto Noriega? Porque lo lleva en el corazón. Eso le permite focalizar las anécdotas más representativas y contarlas en un tono suave, desenfadado, compartiendo la esencia del relato sin perder de vista la forma en que se debe escribir un libro para ser leído por todos; porque todos están ahí, como en un acuerdo tácito y en un acertado ejercicio de estilo; además, creado por un escritor que vivió cada ciclón espeluznante y cada luna llena a la vera de una fogata mientras el pescado se asaba en las brasas.

Ariel Noriega es un caso: con los años se acerca más a su pueblo, aunque ya no sabe si es a ese pueblo arrobado una vez al año por el estruendo de la Baja Mil, o el que resiste la ausencia de esos camellos que pasan por el ojo de una aguja. 


* Esta contraportada corresponde a la edición de 2016. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.