La elección del territorio narrativo fue, como debe ser, por mayoría, y cada quien buceó en sus recuerdos donde palpita parte de lo que somos. Lupita, María Elena, Lili, Lilia, Silvia, Doris y Marielos practicaron sus diferencias y la manera en que empiezan a concebir el acto de escribir; lo mismo hicieron Guillermo, Apolonio, Cruz y Sergio. Aprendieron que el cuento es un género difícil, lleno de obstáculos y sorpresas; cada línea es un sombrero de mago; al final, consiguieron crear piezas tan variadas como es el grupo, que sin embargo, cada lunes practican el complicado arte de ser amigos y la grandeza de compartir lecturas, dudas y descubrimientos.
Élmer Mendoza
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2012. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.