Héctor Villarreal es uno de los mejores narradores que tenemos en México. Más específicamente en la Ciudad de México. Afortunadamente, sus textos carecen tanto del optimismo forzado del escritor oficioso como del moco y la lágrima del comprometido, retratándonos en su lugar lo visto y vivido desde la respetuosa imparcialidad del viajero o del explorador; lejos quedan los masticados clichés del recorrido turístico por los bonitos monumentos del Centro Histórico, o las historias de vida de los desposeídos con barniz de introducción a la antropología, para entregarnos un boleto de ida a las populares canchas donde se gestan los campeones mundiales de frontón a las orillas de la Ciudad de México; el crecimiento de la devoción a la Santa Muerte entre nuestras fuerzas policiales; el ambiente de los conciertos del Komander y la vida nocturna de los latinos con y sin dinero en Madrid, como ejemplo de historias cercanas en estilo y propuesta al periodismo narrativo, ese hijo interracial de la literatura y el periodismo que en nuestro país ha sido desvirtuado y prostituido hasta la náusea. Los textos aquí recopilados tienen esa rara honestidad, la de prestarnos enteramente los sentidos del autor –los ojos, los oídos, la nariz y, a veces, el gusto y el tacto– para que cada quien recorra, sin filtro y a su antojo, sitios y hechos casi siempre desconocidos y, generalmente, invitantes. Aparten su mejores silla, su bebida favorita y que tengan un buen viaje.