En Los rituales de la tristeza, Adriana Tafoya encierra al sol en una bella caja musical: guardada la luz, su iridiscencia disminuye para dejarnos ver a un viejo falo en crisis, puesto en cuestión y derribado. La tristeza no es ya el símbolo de blandura que la sociedad ha deseado atribuir a la feminidad sino una propuesta crítica para construir la “lógica del nuevo sistema”: un sistema pensado, escrito y gozado por las manos de una mujer. Si bien antaño el hombre dedicaba melodías a sus frágiles y tiernas musas, Tafoya logra descontextualizar –con sutileza– los códigos que han conformado esta tradición literaria. Nos encontramos ante un poemario que emite cantos para transformar la belleza en transgresión, versos que aciertan su tirada de dados pues nos muestran que la mujer no debe ser lo que han hecho de ella. Los rituales de la tristeza construye nuevos sentidos para que “ya extinto el sol”, la mujer signifique sus relaciones con las otras, con los otros y sus lenguajes.
Roxana Cortés
Roxana Cortés
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2013. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.
