Abigail, a la vez vampiro y dominatrix, tiene varias prisioneras. Se alimenta de ellas, las veja, las hipnotiza, las mata; alienta, para torturarlas, sus esperanzas. Alrededor de este escenario, semejante a los de las orgi´as de Sacher-Masoch o de Sade, giran muchos otros seres indefensos, degredados, perplejos en las simas a las que descienden. Pero aun este equilibrio: la comunidad de los amos y los esclavos, esta´ amenazado por recuerdos del pasado, por el azar, por la conciencia de que todo ocurre porque ninguno tiene otro asidero a la vida.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2013. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.