Los filósofos, teólogos y místicos de la Edad Media elaboran complejos argumentos y discursos en donde pretenden explicitar las verdades que están ocultas en los libros de las Sagradas Escrituras. De esta manera leen los textos a través de una lectura hermenéutica que va más allá de la literalidad de las palabras; interpretan los símbolos, las metáforas y las alegorías por medio de una lectura alegórica y también anagógica. Esto es, interpretan los sentidos ocultos del texto, develando los misterios, descubriendo la gran riqueza de sentido y de sabiduría.
La interpretación que hacen rebasa la mera exégesis o la interpretación de las palabras para constituir una hermenéutica más simbólica, más rica de significación y en este sentido más rica de verdad. Los argumentos y discursos de los pensadores medievales no sólo se empeñan en demostrar la existencia de Dios, ellos construyen fuertes teorías ontológicas que posibilitan la comprensión del ser humano.