Domitila se pasa el día ocupada, haciendo alguna tarea. Una mañana recibe una postal con la imagen del océano y a partir de ese momento toda su rutina cambia, el mar se ha metido en su vida y no la deja trabajar. Decidida, Domitila hace un viaje para hablar seriamente con él.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2015. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.