Lo que hace notable a esta novela es que, más allá del afortunado uso del lenguaje popular, Ruiz es un autor que conoce de primera mano los lugares, triquiñuelas y conductas propias de los habitantes fronterizos. Su detective anda, como pez en el agua, por los diversos espacios urbanos y por los distintos grupos sociales que representan los bajos fondos de una realidad golpeada y aturdida. Con una mirada entre cínica y jocosa, Salvador disecciona el espíritu comunitario a ambos lados de la línea internacional y nos ofrece una galería de personajes que ayudan, voluntariamente o involuntariamente, a que Nepantla vaya descubriendo los pormenores de un caso que, como toda buena novela policiaca, comienza con una hipótesis obvia pero termina con una línea de investigación por demás sorpresiva. Entre ambas, Ruiz nos da un tour por la frontera en sus antros, cafés, tiendas, restaurantes y, en primer plano, el hotel del Norte, símbolo destacado del ir y venir entre México y los Estados Unidos, en una ciudad que vive bajo el ritmo feroz de un maquinaria social que tritura a todos en sus ansias de gozo, dinero y poder.
Gabriel Trujillo Muñoz
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2014. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.