Las lagartijas están cansadas que los humanos les arranquen las colas. Así que buscan el consejo de algunos animales para defenderse como lo hacen ellos; pero nada les funciona. Tendrán que buscar al dios que las ha creado para que les ayude a resolver su problema, o por lo menos a sobrellevarlo.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2014. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.