Es un día de cada día en la escuela y Fátima no logra concentrarse en las palabras del maestro, unas palabras que hablan de universos paralelos. Aun así y sin darse cuenta, Fátima se ve transportada a uno de ellos: un mundo donde los niños se extinguieron, solo queda una, Laura, que los adultos pueden admirar en un museo.
Si en un primer momento Fátima se deja fascinar por la excepcional condición de Laura, pronto se dará cuenta de que estar permanentemente bajo la mirada atenta del público no es la mejor de las condiciones.
Las jóvenes tendrán que huir de un mundo que no las comprende y pretende tratarlas como objetos de estudio y no seres humanos. Con la complicidad de un viejo amigo y una gran dosis de coraje intentarán romper las finas barreras que dividen un universo del otro.
En 2000 El museo de los niños recibió una mención honorífica en el concurso de cuento infantil “Juan de la Cabada”.