Los cuadros, las pinturas, también se leen, como los libros. Del mismo modo que un cuento, un cuadro nos cuenta una y mil emociones. En lugar de palabras la pintura crea, con formas y colores, un lenguaje tan rico y variado como el que hablamos. Por eso es tan necesario, para los que empiezan a leer, tener a la mano no sólo buenos cuentos, sino buenas reproducciones de aquellos cuadros que se han vuelto clásicos de todas las épocas. Sus imágenes, familiares al cabo del tiempo, conformarán en nuestros niños su cultura visual, su lectura del universo de las artes plásticas.
Carlos Pellicer López
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2004. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.