En El perseguidor de sueños, Julián, un niño de 8 años, ha perdido la capacidad de dormir, posiblemente, debido a las tensiones económicas que hay en casa. Después de sufrir las consecuencias del extraño fenómeno (como que su cuerpo se duerma por partes cuando está en la escuela), encuentra dos aliados, unos juguetes algo olvidados: Poncho, un oso polar, y Sauria, la dinosauria. Ambos son de peluche, pero no hay que irse con la finta, pues son tan valientes y arrojados como fieles escuderos dispuestos a defender a su noble caballero. Acompañan a Julián a un viaje en busca de un personaje fantástico llamado la Pintora de Sueños, capaz de cumplir cualquier deseo, aunque en lugar de varita mágica utiliza pinceles.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2008. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.
