La casa California ensambla perfectamente con la imagen que recubre cada poema, paso a paso entre versos, como una caminata (desértica o submarina, en la incipiente ciudad o en la sierra) sobre la verticalidad de la península.
El poemario es tanto arquitectura de luz como de mar, de bermejos ojos celestes o de arena de playa. Rosando el tono fundacional, aunque con algunas páginas demasiado desiertas, salpicadas con líneas a cuenta gotas, el libro de Raúl Antonio Cota cumple felizmente con la poética del mar y del desierto, y con la fascinación que le provocan.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2010. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.