En 1516 Tomás Moro publicó su Utopía, obra en la que imagina
un país perfecto que terminaría por dar nombre a todo un género: la literatura
utópica. El libro de Moro no es, sin embargo, más que un eslabón en la larga
cadena de obras que han buscado plasmar ese aparente sinsentido: el país
idóneo, la sociedad ideal. La utopía, cuyas fronteras se hallan en el horizonte
mismo de la imaginación humana, ha sido cartografiada obsesivamente por autores
tan antiguos como Platón y tan recientes como Ursula K. Le Guin, pasando por
Jonathan Swift, Julio Verne, Aldous Huxley o Frank Herbert, pero ningún mapa
agota el territorio, y siempre hace falta un buen guía para adentrarse por él.
Así entra en escena Gabriel Trujillo Muñoz, una de las
eminencias de la ciencia ficción en nuestro país. La ciencia ficción es, hoy,
el género guardián de la utopía, y Trujillo Muñoz un explorador avalado por su
trayectoria. Nuestro recorrido nos llevará por las cumbres y desfiladeros de un
género cuyas fronteras se amplían siempre para acoger las diversas formas de la
imaginación utópica —la distopía, el paraíso terrenal, la fantasía o el sueño—
y nos conducirá tras las huellas de los innumerables autores que han transitado
por aquellas tierras, incluido algún que otro compatriota aventurero cuya
existencia misma parecía, hasta ahora, borrada de la memoria nacional.
La utopía es, para unos, la tierra que nunca será; para
otros, la que podría o pudo ser; y para todos, un experimento que consiste en
armar, con las herramientas del presente, un engranaje para el futuro... y
ponerlo a funcionar. Gracias a Gabriel Trujillo Muñoz descubriremos que, al fin
y al cabo, todas las utopías posibles son sólo distintos aspectos de una misma
quimera, cordero y serpiente a la vez: la imaginación humana, que se niega a
dejar de soñar con un mundo mejor.