Rosaura tiene diez años y ha llegado a las costas de Veracruz para comenzar una nueva vida. Atrás ha dejado el horror de la Guerra Civil y, aunque México la recibe con los brazos abiertos, su corazón quedará para siempre partido entre dos continentes: su madre ha sido capturada por el bando nacional y está presa en una cárcel del sur de España.
La joven exiliada muy pronto encuentra refugio en las pasiones y las aventuras de la adolescencia, en los nuevos aromas y sabores y, sobre todo, en el baile: la rabia y el sentimiento del flamenco la ayudan a mirar siempre al frente con determinación y decidir que nunca es el momento idóneo para rendirse.
Mientras tanto, unas cartas clandestinas cruzan el océano para evitar que el lazo que une a madre e hija se extinga y mantener vivo el anhelo del reencuentro, a pesar de que con el paso de los años esto suponga para Rosaura dejar atrás un verdadero amor.