A manera de divertimento –como alguna vez Ibargüengoitia declaró haber escrito siguiendo a Graham Greene–, esta novela debería quedar situada entre las dos primeras de su autor y no después de éstas. Las cosas se fueron complicando –a tal grado que No siempre fuimos amables no se publicó sino hasta ahora–, como le ocurrió a su protagonista: se presentó en un programa de televisión, para luego recibir una llamada –que consideró del pasado– de un amor perdido casi veinte años atrás. Él, quien creía tener muy controlado su presente, se vio involucrado en intrigas políticas, traiciones y mentiras: comenzó a vestirse de la materia que recubre nuestra comedia nacional.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2015. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.