En El tábano canta en los hoteles conviven las voces de Catulo y Marcial, de Ernesto Cardenal y Héctor Carreto, entre muchos otros epigramistas: lo mejor de estos universos confluye en un libro de factura impecable, pues su autor, Francisco Trejo, no obstante su juventud, es un gran conocedor de la tradición que sienta sus raíces en el epitafio griego. El lenguaje, dulce en ocasiones y mordaz otras veces, dirigido a la amada (una Flora ajena y propia al mismo tiempo); la ridiculización del yo lírico (Tábano que gusta de clavar su aguijón en el pecho de las flores); la ironía perspicaz que busca destruir verbalmente al enemigo (León cincuentenario escarnecido por la esposa y el amante), son algunas de las más altas características de este volumen, que dan cuenta de un triángulo amoroso donde el humor y la inteligencia caminan de la mano.
Bocanada de aire fresco para nuestra solemne poesía nacional, El tábano canta en los hoteles es una celebración del lenguaje directo que caracteriza al epigrama, un claro ejemplo de que siempre habrá otras opciones para acceder a la poesía, para reescribirla y revitalizarla sin que ésta pierda su valor universal.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2015. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.