Alberto Constante, coordinador de este libro, señala en su nota introductoria que “ en el terreno de las humanidades (tendríamos que hablar ya de humanidades digitales) se tienen que abordar los principios de las aplicaciones web 2.0, pero sobre todo, cómo se alteran la mismas humanidades, fundamentalmente la filosofía con estas nuevas tecnologías”. En efecto, éste es un imperativo de la reflexión y la enseñanza en estos tiempos de revolución digital. Y es obligatorio para evitar que el torbellino tecnológico arrase con lo que se ha hecho hasta ahora, lo bueno y lo malo, en el vértigo del cambio. Pensar profundidad sobre ello es la única manera a nuestro alcance de plantarnos con cierta firmeza en el nuevo panorama de la enseñanza, la reflexión y la investigación. La filosofía y las nuevas tecnologías se inscribe, con lucidez y pertinencia, en ese necesario camino que no es ya el futuro sino el presente.