El burro es bestia de insigne prosapia. Sus genealogías alcanzan los orbes más recónditos de la historia humana, hasta el extremo de ser reconocido como el primer mortal en el mundo posterior al Paraíso (recordemos que Caín asesinó a su hermano empuñando una quijada de tal cuadrúpedo). A veces testigo, a veces protagonista, a veces invitado, siempre representa el trabajo y esfuerzo, la fatiga bruta, la serenidad o la parsimonia; y tanto es tildado de sabio paciente cuanto de tozudo y torpe. En realidad, es sobre él que proyectamos nuestra sombra. Benjamín Valdivia (Aguascalientes, México, 1960) nos ofrece este Jumental florilegio que no es sino una erudita y jubilosa recopilación de textos que tienen como tema o protagonistas a los burros, desde Los Vedas hasta la Feria de Otumba. Son más de cinco mil años de literatura en los cuales el jumento ha exhibido sus dotes diversas, ya sea para hacernos reír o para hacernos pensar. Se han ocupado del burro autores tan distintos como Homero y Platón, Apuleyo y Lulio, Chaucer y Leonardo, Erasmo y Góngora, Shakespeare y Sade, hasta Monterroso, Saramago, Eco y García Márquez, por anotar unos cuantos de los casi ciento cincuenta que aquí se incluyen, varios de ellos con traducciones especiales para esta edición.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2007. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.