A lo largo de la historia de la literatura hemos escrito más sobre la muerte que sobre cualquier otro tema. Junto con el lenguaje, la preocupación por el fin es uno de nuestros rasgos distintivos como especie.
En este ensayo, Maruan Soto Antaki plantea: nuestra relación con la muerte está irremediablemente determinada por la literatura, morimos dentro de las trampas de la ficción. Las religiones, heredadas de la literatura fantástica, no han hecho más que afianzar esta tradición; nos dicen cómo debemos morir, con qué propósito, para llegar a dónde.
Reserva del vacío hace una crítica de las tres religiones monoteístas más arraigadas en Occidente y examina la naturaleza literaria de la muerte. Para ello, se centra en la más libresca de sus formas, el suicidio, y en particular, en uno de los casos más teatrales de la historia reciente: el seppuku de Yukio Mishima. El autor recuerda que si bien Borges lo aprobaba, Sabato lo encontraba egoísta y arrogante, para luego preguntarse: ¿en qué difiere la muerte de Mishima de la del Jesucristo histórico, si ambos a fin de cuentas se acercaron a ella voluntariamente?
Este provocador ensayo regresa a un hecho fundamental: la muerte, como nosotros, también está hecha de palabras.